No admitirás falso rumor. No te concertarás con el impío para ser testigo falso. No seguirás a los muchos para hacer mal, ni responderás en litigio inclinándote a los más para hacer agravios; Éxodo 23:1-2 RVR1960
Queridos amigos, es una práctica común que cuando suena el teléfono fijo que alguien pida que se le niegue diciendo que no se encuentra presente.
Para llevar a cabo esta acción se necesita de alguien que esté dispuesto a encubrir la mentira del otro. Cuando alguna vez expliqué que esta práctica era contraria a la voluntad de Dios, se me vio como exagerado y es siempre así, cuando se expone a las personas ante su pecado, mientras no exista conversión a Cristo a través del arrepentimiento genuino.
Cuando existen sentimientos desfavorables, digamos hacia un político en función de gobierno, es común que la gente se deleite en habladurías que promueven a difamar al político en cuestión, son amantes de los falsos rumores o de las exageraciones que satisfacen su necesidad de ver saciada su propia justicia.
Existen casos de acusaciones que se dan solo por una inclinación racial, las personas se ponen de acuerdo (concertar) con el impío por sus sentimientos de odio racial y no dudan en ser falsos testigos a fin de que se de merecido castigo al «delincuente», perdiendo toda objetividad, nublados por la pasión.
La corrupción es un mal endémico en nuestra sociedad latinoamericana y muchos de la población, cuando ven una posibilidad de beneficiarse, no dudan en hacerse parte de la masa corrupta infringiendo el precepto del Señor que dice que no seguirás a los muchos para hacer mal. Es duro, pero cierto, cuando alguien critica las malas prácticas y prefiere, por ejemplo, hacer una larga fila, es visto como un tonto.
Un agravio es un hecho o insulto que ofende a una persona porque atenta contra su dignidad, su honor y su credibilidad. Los agravios suelen ser injustos, más aún cuando su causa son los litigios de los cuales Dios quiere que nos mantengamos alejados.
El Señor nos dice con toda claridad que nos alejemos de nuestras pasiones terrenales, para vivir en obediencia y santidad, alejados de las influencias negativas de las prácticas del mundo.
Que Dios les bendiga permitiéndoles discernir su maravillosa verdad.