No te echarás con varón como con mujer; es abominación. Levítico 18:22 RVR1960
Queridos amigos, un tema visto con rechazo y aversión hasta no hace muchos años atrás, hoy en día es visto como normal y además aceptable incluido dentro de las leyes del hombre, se trata de la homosexualidad.
El hombre natural desde siempre ha estado dominado por los tres enemigos espirituales que la Biblia describe, a saber, la carne, el mundo y Satanás.
La condición caída del hombre más el dominio de sus enemigos espirituales desde la expulsión de Adán y Eva del jardín del Edén ha dado lugar a que se cometan todo tipo de abominaciones.
Si bien las abominaciones han sido claramente existentes en el transcurso de la historia, de alguna manera la moral implícita dada al hombre por Dios fungía como una especie de freno para por lo menos mantener camufladas dichas acciones repulsivas, lo cual no las hacía menos abominables.
Hoy en día el dominio de los enemigos espirituales continúa y el hombre está entrando en una suerte de desenfreno sexual y moral, porque cada vez existe menos ese sentimiento antiguo de pudor y vergüenza moral, que en realidad para una gran mayoría de los seguidores de esta ola de supuesta liberación ya dejó de existir.
La abominación es el rechazo o repudio de algo muy repulsivo, que en este caso específico son las relaciones homosexuales a los ojos de Dios.
La ley del hombre confronta directamente la ley de Dios, el hombre está actuando contra lo perfecto, su maldad en términos espirituales pisotea lo divino y alimenta una falsa sabiduría sustentada en la propia opinión humana, que lleva a las autoridades del mundo a dictar leyes contrarias a los preceptos del Creador y a alentar las relaciones homosexuales de manera completamente abierta como si fueran parte natural de la vida.
Las Sagradas Escrituras son Palabra de Dios y desde la antigüedad van advirtiéndonos sobre lo que se vendrá, para comenzar lo malo será llamado bueno y lo bueno será llamado malo.
Entonces, todo lo que está sucediendo en estos días no es para sorprenderse, es más bien para estar atentos y preparados porque el tiempo se acerca: “Mirad, velad y orad; porque no sabéis cuándo será el tiempo.” Marcos 13:33
La Biblia nos enseña que todo lo material pasará, sin embargo, la Palabra es eterna. Por tanto, si Dios indica que las relaciones homosexuales son abominación, es porque están mal en este mundo y para la eternidad. “El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.” Marcos 13:31
Les deseo un bonito día y que Dios les bendiga.