Bueno es Jehová a los que en él esperan, al alma que le busca. Lamentaciones 3:25 RVR1960
Queridos amigos, tengamos por seguro que en este mundo de tanta maldad las cosas podrían ir mucho peor, si no fuera por las misericordias del Señor.
El hombre natural busca solucionar los problemas del mundo en base a inteligencia, buen razonamiento, conocimientos y educación, sin tomar en cuenta el entendimiento entenebrecido que todos tenemos a causa de la dureza de nuestro corazón (Efesios 4:18).
Existen sociedades ricas y más educadas, que han alcanzado un nivel mayor de desarrollo y por eso conviven de manera más llevadera, sin embargo, de tener problemas básicos han pasado a tener problemas más complejos. Las leyes del hombre se cumplen y la gente vive de manera ordenada, a pesar de ello, el descontento y sufrimiento en sus corazones es estadísticamente mayor, porque su enfoque de vida es solo para este mundo.
Son países donde la presencia de Dios es cada vez menor. El supuesto dominio del hombre sobre la vida los hace más sordos y ciegos ante lo espiritual. Son sociedades enfocadas en convertir lo malo en bueno, liderando en la legalización del matrimonio homosexual, permitiendo que parejas en contra de la ley natural de Dios adopten hijos, fomentando una cada vez más fuerte adoración por los animales (zoolatría) y así sucesivamente. Y las sociedades más pobres son emuladoras por excelencia y no se quieren quedar atrás.
La maldad es condición inherente del hombre caído, aunque ésta no se presente de manera radical en la mayoría de las personas. Entendamos maldad como lo contrario de bondad y aceptamos que nuestro egoísmo nos lleva a ambicionar lo que no tenemos (el pasto del vecino siempre es mejor), a mentir para conseguir nuestros objetivos, a ser deshonestos aún cuando sea en pensamiento. No hay uno solo que pueda aseverar que no ambicionó o que no mintió o que en algún momento de su vida fue deshonesto, de eso se trata la maldad, en algún momento hemos deseado el mal para nuestro prójimo y quizás algún lector le esté deseando mal a otro mientras lee este texto.
¿Quiénes son los que esperan en Jehová? Esperar significa aguardar con expectativa, buscar con esperanza. Me gusta el concepto de esperar como guardar las cosas de Dios, llenos de esperanza a causa de sus maravillosas promesas.
Jehová es bueno en esencia y su bondad es inmutable e infinita. Nos la demuestra en que no nos aniquila de inmediato ante nuestras transgresiones y también a través de su gracia común, la cual es de beneficio para toda la humanidad.
El problema del hombre natural es que acepta de buen grado todo lo que Dios hace por él, pero no le da importancia a las cosas que él hace en contra del Creador. Esto se da porque no tiene relación con Él, porque no le conoce, menos le busca.
En este caso no se trata de alguien que busca a Jehová porque le quiere encontrar para conocerle, sino más bien de alguien que ya conoce al Señor y le busca para estar con Él lo más posible. Solo un convertido anhela estar en la presencia de Dios, tener comunión con Él y disfrutar de su cercanía.
Los convertidos esperan en Jehová, ellos son quienes confían en sus promesas. Es deber del cristiano esperar con esperanza la segunda llegada de Jesucristo y la salvación del Señor, glorioso será el día en que esto se cumpla, su corazón estará rebosante de alegría y satisfacción.
Sepamos que si pasamos por aflicción Dios sigue siendo fiel y bueno con los que le buscan, por tanto, que nuestro gozo sea en Jesucristo y su maravillosa obra para con nosotros, que la tribulación sirva para fortalecer nuestra paciencia y que ésta sea sostenida por nuestra esperanza.
Les deseo un día muy bendecido.