Como zarcillo de oro en el hocico de un cerdo Es la mujer hermosa y apartada de razón. Proverbios 11:22 RVR1960
Queridos amigos, nadie puede decir que es mejor que otro y ni Dios hace acepción de personas. Sin embargo, existen formas de pecado que saltan a la vista porque salpican.
No creo que el autor de los Proverbios haya pensado en denigrar a la mujer y enaltecer al varón, eso le quitaría el toque divino a la Escritura. Se trata de mostrar una realidad que es bastante común, no solo ahora sino desde los tiempos antiguos: el corazón extraviado de mujeres impías que aman la vanagloria, el orgullo, la discusión y piensan estar siempre en lo cierto.
La falta de razón es la carencia de sensatez y sabiduría. La mujer bella piensa que puede lograr lo que se proponga por su condición física, además suele menospreciar a los “feos”.
Pero aún peor es cuando una mujer bella además de necia es peleadora. La Palabra es contundente en ese sentido: Gotera continua en tiempo de lluvia y la mujer rencillosa, son semejantes (Proverbios 27:15). La pendenciera es como una gotera constante que cae incordiando sin parar.
Es una combinación explosiva, que lleva a que la mujer se crea lo máximo y con derecho a gritar, agredir y a amenazar, porque está convencida de que el resto ha de cumplir con sus caprichos.
Ay de que no se esté pendiente de sus intereses, pues vive centrada en refregar en la cara de los demás todo lo que ella hace por ellos y lo poco o nada que ellos hacen por ella, es exigente y demandante como una gotera continua.
Se enoja con facilidad, pues cree que el enojo es el motor que hará reaccionar al resto, porque desconoce la sabiduría de la Verdad: El deseo de los justos es solamente el bien; mas la esperanza de los impíos es el enojo (Proverbios 11:23). La dura realidad es que los iracundos tendrán que afrontar el castigo, porque intentar disuadirlos y hacerlos entrar en razón solo aumenta su enojo (Proverbios 19:19).
Al querer imponer sus pensamientos y sentimientos no hacen otra cosa que publicar necedad (Proverbios 12:23), hablando cosas estultas, las cuales en algún caso están combinadas con verdad, que pueden conseguir confusión en al alma poco entendida del observador externo.
No hay quien pueda callarlas cuando empiezan con sus peroratas, no existe reprensión posible que pueda silenciarlas. Quien consiga dominar a una de estas mujeres podrá dominar el viento y retener aceite en la mano (Proverbios 27:16).
Incluso después de sus ataques continúan en su posición sin la menor intención de dar brazo a torcer. No quieren ni pueden entender el mensaje de Dios: El que ama la instrucción ama la sabiduría, pero el que aborrece la sana reprensión es ignorante (Proverbios 12:1). Si discernirían que refrenando su boca y su lengua se librarían de muchas angustias, quizás prestarían oídos a quien las aconseja (Proverbios 21:23).
El camino que recorren les parece derecho y no falta quien les dé la razón, ya sea por hipocresía o por ser de su misma índole, acompañándolas en camino de muerte (Proverbios 4:12). Es de sabios guardar la boca, pues al guardarla se está resguardando el alma, pero quien mucho habla bajo una condición de enojo tendrá calamidad (Proverbios 13:3).
La falta de razón y el carácter pendenciero sumados a una lengua ágil pueden quemar el mismísimo infierno. Veamos qué dice Santiago al respecto de tan pequeño órgano: También la lengua es un fuego, un mundo de maldad. Siendo uno de nuestros órganos, contamina todo el cuerpo y, encendida por el infierno, prende a su vez fuego a todo el curso de la vida (Santiago 3:6).
Quizás alguien que se vea reflejado en estas palabras, se pregunte qué hacer. Dicho cuestionamiento ya es un pequeño paso hacia la sabiduría. Discernir y aplicar al diario vivir la sabiduría de que el que tarda en airarse es grande de entendimiento, pero el que es impaciente de espíritu enaltece la necedad (Proverbios 14:29) es un reflejo de la inteligencia de Dios.
El impío queda atrapado en sus propias acciones, actitudes y palabras (Proverbios 12:13) y termina en tribulación aunque se declare vencedor, porque para su mal siempre cree tener la razón.
Existen casos en los cuales la rencillosa esgrime el argumento de que Dios está observando y que Él juzgará. Por supuesto que juzgará a todo aquel que sufre sus agresiones, o que se le opone, o simplemente hace oídos sordos a su violencia, pero ella será declarada culpable.
Santiago exhorta diciendo que si alguno cree que está en el ámbito de Dios (es religioso) y no refrena su lengua, entonces se engaña engañando a su corazón, por tanto su religión es vana (Santiago 1:26).
Jamás hemos de olvidar de mirar la viga en nuestro ojo antes de mirar la paja en el ojo ajeno, sin embargo, es mejor habitar en el desierto que con mujer pendenciera y de mal genio (Proverbios 21:19).
La solución a estos pecados solo se la puede encontrar en Cristo. El evangelio de Juan aconseja a permanecer en Él. Permanezcan en mí, y yo permaneceré en ustedes. Así como ninguna rama puede dar fruto por sí misma, sino que tiene que permanecer en la vid, así tampoco ustedes pueden dar fruto si no permanecen en mí (Juan 15:4).
Honroso es al hombre evitar la contienda, pero no hay necio que no inicie un pleito (Proverbios 20:3).
Les deseo un día muy bendecido.
“Es mejor decir la verdad que duele y luego sana, que la mentira que consuela y luego mata”. A.R.