Pero vosotros habéis desechado hoy a vuestro Dios, que os guarda de todas vuestras aflicciones y angustias, y habéis dicho: No, sino pon rey sobre nosotros. Ahora, pues, presentaos delante de Jehová por vuestras tribus y por vuestros millares. 1 Samuel 10:19 RVR1960
Queridos amigos, la moda suele convertirse para muchos en una carga insoportable, mientras otros la siguen como mansos corderillos, creyendo tener un criterio bien formado y especialmente propio.
Un ejemplo, durante años vivíamos bebiendo cuando vez teníamos sed, en estos días es muy común ver a personas andando pegadas a sus botellones de agua o de líquidos exóticos, porque a algunos se les ocurrió que hay que beber más de lo que el cuerpo te pide porque es saludable. Dice que la ciencia dice que hay que tomar al menos 2 litros de agua por día, ¿quién me lo demuestra?
Algo muy parecido sucede con la moda de ir al gym y hacer culto al cuerpo, la nueva ola de amor por los animales (zoolatría), la comida vegana o los tontos pantalones a la cadera, que han permitido ver vergonzosamente mucho más de lo que se debería mostrar.
Como consecuencia vemos deambulando por doquier a los zombis de la moda.
Habrá muchos que se enojen conmigo por lo anteriormente expresado, les pido disculpas por hacerlos reaccionar. Sin embargo, exhorto a los más grandes a que hagan una retrospectiva 20 o 30 años atrás y visualicen si el mundo estaba más sediento o menos sano por no andar con los bellos y coloridos bebe todo, que tan de moda están o por no haber comido vegano, o quizás por no haber hecho suficiente ejercicio, tampoco se nos ocurría celebrar el cumpleaños de nuestro perro, pero lo amábamos de igual manera.
Una pequeña muestra de cómo el mundo logra influir de manera efectiva sobre las mentes de las personas, y seguimos pensando que tenemos libertad de pensamiento. Solo quien tiene a Jesucristo en su vida es libre de verdad.
Fue muy parecido en los tiempos de Samuel, todos los pueblos paganos tenían reyes, mientras que el pueblo más bendecido de la historia “solo” contaba con jueces. Los reyes estaban de moda y los “pobres” israelitas estaban “out”, por lo que ansiaban contar con un rey que los pusiera a la altura de los cánones de la última moda.
Lo que los hijos de Jacob habían dejado de tener en cuenta es que ya contaban con el Rey de reyes, Jehová, quien se había dedicado a dirigir, como Rey inigualable, a este pueblo de dura cerviz desde su salida de Egipto.
Un desaire de tal magnitud merecía una respuesta ejemplar. Dios los había rescatado de su gran miseria y aflicción, algo que ningún rey humano podría haber logrado, y a pesar de tan portentosa obra no tenían el menor empacho en rechazarle.
Querían un rey en lugar de Dios, pues tendrían un rey. Recibieron la orden de presentarse delante del Señor por tribus y clanes.
Cuando todos estaban reunidos se eligió por sorteo a la tribu de Benjamin, la menos representativa, de la cual salió elegido Saul como el nuevo rey. Tanto era el temor de este hombre que no tuvo una mejor idea que la de ocultarse entre el equipaje.
Vemos que Dios les dio un rey, pero con seguridad no se trató de la mejor opción que existía en Israel. Recordemos que Dios no necesariamente escoge lo mejor a los ojos humanos para sus grandes obras.
Se trataba de un hombre tímido y modesto, que nunca hubiera pretendido ser rey, tenía buena presencia física, era alto y bien parecido, sin embargo, solo podía ser rey porque Dios así lo quería.
El pueblo era ignorante en cuanto a los atributos de un rey, no tenía con qué comparar, por lo que con entusiasmo aclamaron a Saul, deseando que su vida y salud sean preservadas.
Es posible que Saul haya estado ocultándose por sentirse indigno y con capacidades insuficientes para ejercer el llamado al cual había sido ordenado, sin embargo, si ese llamado viene de Dios evitarlo nunca debe ser una alternativa para el creyente.
No nos dejemos influenciar por el mundo y busquemos vivir bajo los preceptos de Dios, sigamos lo bueno y hagamos lo que el Señor quiere, especialmente si hemos podido identificar nuestro llamado.
Les deseo un día muy bendecido.