Jehová es mi fortaleza y mi cántico, Y ha sido mi salvación. Éste es mi Dios, y lo alabaré; Dios de mi padre, y lo enalteceré. Éxodo 15:2 RVR1960
Queridos amigos, me gusta imaginarme con lujo de detalles las escenas bíblicas, especialmente aquellas del Antiguo Testamento.
Si bien existen realizaciones fílmicas monumentales con un despliegue extraordinario de artistas de primer nivel, con movimientos logísticos inauditos y con la utilización de incluso miles de extras, éstas normalmente buscan mostrar las maravillas a la vista, magnificando a los hombres y solo como complemento enseñan a Dios.
El pueblo hebreo acababa de ser liberado de la esclavitud egipcia. Todo lo que había precedido a dicha liberación era de por sí increíble, los que tenemos fe estamos seguros que lo que el Antiguo Testamento describe fue hecho por Dios.
Jehová había enviado las plagas para doblegar el orgullo de Faraón, quien tuvo que soportar dolor, pérdida y muerte solo por la dureza de su corazón, hasta que finalmente cedió para que los hebreos abandonasen Egipto.
Los sufridos egipcios, que no terminaban de enterrar a sus primogénitos, donaban sus objetos de valor mientras el pueblo de Israel salía camino del desierto, otra maravillosa obra del Señor, pues no podríamos pensar que de pronto se convirtieron en dadivosos después de las penurias que se vieron obligados a pasar por la terquedad de su líder.
Luego se abrieron las aguas del Mar Rojo de par en par y el pueblo entero pasó por tierra seca, sin que nada ni nadie se perdiera, y se cerraron cuando el Faraón y su ejército estaban en medio. Otra maravilla más de Jehová.
No solo porque es un deber del creyente, sino porque el hijo de Dios tiene un corazón agradecido, desea exaltar el nombre de Dios y celebrarlo con alabanzas. Exactamente eso fue lo que sucedió con los adoradores de Dios de los tiempos del Éxodo. El cántico dirigido al Señor más antiguo que conocemos, es éste que fue cantado por Moises y los hijos de Israel.
Sin fe no puede haber alabanza verdadera. Primero el Señor tuvo que obrar mostrándoles sus maravillas y que ellos eran su pueblo escogido, esta experiencia fue la que produjo la fe en ellos. En estos tiempos nos gozamos leyendo sobre las maravillas de Dios, sin embargo, la fe llega por el oír el evangelio y es una fe individual en contraposición a la fe grupal de aquel entonces.
La expresión de tan grande fe fueron los cánticos, que deseaban agradecer al Señor y enaltecer Su nombre por su divina intervención cuando todo parecía perdido.
Debemos rescatar de las experiencias pasadas, que Dios es fortaleza cuando la batalla arrecia, para convertirse en canción de victoria cuando llega el triunfo. Él es siempre salvación para su pueblo y es Dios de nuestros padres, de nosotros y de nuestros enemigos.
Aprendamos que el hombre puede combatir contra Dios tanto como la paja contra el fuego. El verdadero éxito alcanza a los que caminan junto a Él esforzándose por hacer su voluntad.
Si yo fuera productor de películas bíblicas seguramente quebraría rápidamente, porque me gustaría mostrarle a la gente odas de alabanza al Señor, donde Él sería el centro de honor y adoración. Quisiera que todos sepan de mi anhelo por honrar al único digno con mi devoción.
Les deseo un día especialmente bendecido.