Os digo que todo aquel que me confesare delante de los hombres, también el Hijo del Hombre le confesará delante de los ángeles de Dios; mas el que me negare delante de los hombres, será negado delante de los ángeles de Dios. Lucas 12:8-9 RVR1960
Queridos amigos, en una ocasión en que paseaba en bicicleta me senté al lado de otro ciclista para disfrutar del ocaso.
Mientras veía una bellísima puesta de sol pensaba en lo maravilloso de la creación de Dios. Hablaba con mi compañero de asiento sobre lo adecuado que era el lugar para disfrutar de la vista de la amplia playa, las sonoras olas y en el fondo un precioso sol en llamas.
Sentía en el corazón el anhelo de hablar del Creador, sin embargo el dominio del mundo sobre mi ser pudo más y callé, continuando con la charla neutral.
Poco después se me vino a la mente Lucas 12:9 y me sentí muy mal, más aún cuando mi acompañante se paró y se despidió diciéndome «bendiciones».
Una situación más de la vida cotidiana en la que evité hablar del Señor, me consuelo en que no lo niego de ninguna manera, es más lo quiero con todo el anhelo de mi corazón, pero todavía me falta la valentía de hablar de Él en toda oportunidad.
Quiera Dios guardarme de lo que tuvo que sufrir el apóstol Pedro después de negar a su Señor. Jesucristo no se está refiriendo a ese tipo de negación, que es una reacción humana temporal generada por el temor que inspiraban los soldados romanos en cualquier persona.
Se refiere a una negación tácita y constante que condena el alma. Se trata de personas que aman al mundo más que nada, se avergüenzan de las palabras de Jesucristo y las rechazan para seguir otras enseñanzas que son dulces a sus oídos.
Al nombrar a los ángeles Jesús está poniendo de manifiesto que esto sucederá en el día del juicio.
Me imagino que a esas personas que en su presencia estarán doblando rodillas les dirá textualmente que le negaron delante de los hombres a pesar de haber tenido suficientes evidencias como para confesar que Cristo Jesús es el Señor de señores y el Rey de reyes y que ahora es demasiado tarde. Éstos serán negados delante de los ángeles por el mismísimo Señor Jesucristo.
Les deseo un día provechoso meditando sobre la Palabra.