Oh Jehová, he oído tu palabra, y temí. Oh Jehová, aviva tu obra en medio de los tiempos, En medio de los tiempos hazla conocer; En la ira acuérdate de la misericordia. Habacuc 3:2 RVR 1960
Queridos amigos, tendemos a negar o contradecir cuando oímos lo que no nos gusta.
No tenemos inconveniente en reconocer que la Biblia es palabra de Dios, así mismo podemos reconocer que todo lo que Dios dice es perfecto.
Entonces, ¿por qué no podemos asumir lo que no nos gusta o no nos parece de la palabra?
Habacuc fue un profeta que oyó la palabra de Dios y entendió la severidad de su juicio y por eso se llenó de temor santo.
Este versículo es ideal para estos tiempos, me apropio de las palabras del profeta y le pido al Señor que avive su poder para la salvación de muchos, especialmente de aquellos que no quieren oír ni ver.
No sé si ya estamos «en medio de los tiempos», pero el mundo está cada vez más sumido en desorden mediante el terrorismo y la corrupción (entre varios otros). Por ello le ruego a Dios que se acuerde de sus misericordias.
Donde el pecado campea estará presente la ira de Dios, por eso clamemos a Dios por misericordia.
Abramos nuestros corazones a obediencia y enterremos nuestro relativismo para seguir la palabra inerrante de Dios.
Busquemos lo justo y verdadero, invoquemos al cielo para que Dios nos de ojos y oídos espirituales.
Vayamos al encuentro del arrepentimiento y pidamos perdón con corazón contrito por todos nuestros pecados.
Que la palabra pecado no sea sustituida por eufemismos como las palabras error o falla, que realmente nos reconozcamos pecadores inmerecedores de perdón y que de esa manera podamos humillarnos ante el Creador.
No existe otra forma para dejar de recibir ira en el día de la ira.
Que Dios los bendiga con su maravilloso don de fe.