Y hubo tal desacuerdo entre ellos, que se separaron el uno del otro; Bernabé, tomando a Marcos, navegó a Chipre, Hechos 15:39 RVR1960
Queridos amigos, las diferencias de pensamiento y de percepción suelen llevar a que las personas se distancien unas de otras, incluidos aquellos que se supone comparten una misma visión o un mismo ideal.
Ni los que tienen a Jesucristo como su salvador y Señor se libran, se supone que deben andar unánimes en la fe, pero entre ellos también se generan grandes diferencias y el resultado es la separación. No es casualidad que en el entorno cristiano existan tantas denominaciones, que crean tener la verdad, generando un alejamiento contrario al mandato de Dios.
Pablo estaba convencido de que Juan Marcos, el sobrino de Bernabé, no era digno de acompañarlos, porque en una ocasión anterior los había abandonado; a los ojos de Pablo era un desertor, temía que volviese a caer. Bernabé insistió en que su sobrino debía ser incluido como parte del equipo misionero, lo cual llevó a una enérgica discusión, que terminó en separación.
Pablo tenía un extremo celó por su Señor y, por tanto, se tomaba muy en serio el trabajo dentro de su viaje misionero. Alguien inconstante, según él, no podía ser parte de su reducido grupo. Si al ser tan exigente, tenía o no la razón, quizás lo sabremos en el cielo.
Es probable que algunos se aprovecharon de este hecho para reforzar su repudio hacia la fe de Jesucristo. Pablo y Bernabé les pusieron en bandeja de plata la oportunidad para juzgarlos. Incluso si su discusión fue en privado, los resultados fueron evidentes. Qué mal ejemplo: dos importantes ministros de Dios discutiendo y terminando distanciados.
Esto demuestra que ni el más santo de los creyentes deja su condición humana de lado, por lo tanto, tampoco deja de estar sujeto a las pasiones de la carne. El hecho indiscutible de que los convertidos seamos declarados santos y justos por el Dios Padre, no debe llevarnos a pensar que comportamientos disímiles entre creyentes no puedan darse, lamentablemente son mucho más frecuentes de lo que imaginamos o quisiéramos.
Mientras no seamos perfeccionados por Dios nos mantendremos en nuestro estado imperfecto. Esta condición contribuye a que mientras estemos vivos nunca podamos ponernos del todo de acuerdo. La unanimidad que debe existir en la iglesia se ve menoscabada, y en ese sentido nuestra lucha debe ser contra las pasiones y el orgullo presentes en cada uno de nosotros.
Sabemos que para los que amamos a Dios todas las cosas ayudan a bien (Romanos 8:28). Al separarse Pablo de Bernabé se generó un nuevo equipo de predicación, el cual evangelizó en otros lugares geográficos para la gloria de Dios.
El arrepentimiento y el amor por los hermanos al final siempre triunfan en la vida de los creyentes verdaderos. No creo que existan diferencias irreconciliables entre hermanos genuinos. Esto lo podemos constatar en las epístolas paulinas posteriores, donde el apóstol habla con cariño y reconocimiento de Bernabé y Juan Marcos.
Se demostró que la actitud de Bernabé al final fue la más acertada. Normalmente resulta mejor ser conciliador, y dar al hermano la oportunidad de reparar su falta, es una muestra de amor.
Les deseo un día muy bendecido.
“Es mejor decir la verdad que duele y luego sana, que la mentira que consuela y luego mata”. A.R.