Porque este Dios es Dios nuestro eternamente y para siempre; Él nos guiará aun más allá de la muerte.» Salmos 48:14 RVR1960
Queridos amigos, vivimos enfrascados en nuestro diario vivir, pensando quizás en planificar para nuestra vejez o para el futuro de nuestros hijos, sin ver más allá del horizonte físico.
¿Por qué hacemos eso? Porque así nos lo enseña el mundo, es lo que todos hacen!
Sin embargo el salmista está seguro que Dios nos guiará más allá de la muerte. Me pregunto entonces, qué será prioritario aprender a vivir o aprender a morir?
Entiéndase por aprender a morir, estar preparándose para vida eterna después de la muerte física, es decir poner el foco en lo eterno y celestial y no en lo pasajero y terrenal.
Quizás cambia la perspectiva en cuanto a «nadie te quita lo bailado» si el foco está puesto en lo divino e infinito.
Es evidente que no podemos dejar nuestras actividades diarias, nuestras responsabilidades y obligaciones. Esto lo podemos realizar con o sin Dios.
(Valga la aclaración, que aunque rechacemos a Dios por completo y decidamos vira sin Él, Él será siempre parte de esta vida, porque Él es el dueño de todo y de todos, y es omnipresente).
Mi súplica es que busquemos a Dios. En la medida en que anhelemos a Dios y vivamos con Él, es decir leyendo la Biblia para conocerle mejor y para aprender qué es lo que Él quiere de y para nosotros, viviendo en obediencia y orando para tener comunión con Él, vamos a estar aprendiendo a vivir para vida eterna.
Se requiere de un paso previo importante para iniciar una vida así, haber escuchado el Evangelio y por obra del Espíritu Santo haber llegado a creer en Jesucristo como Señor y salvador, haberse arrepentido de sus pecados y haber pedido perdón al Padre celestial por ellos.
Entonces podremos estar seguros que este Dios nuestro es eternamente y para siempre nuestro Dios.
Que Dios les bendiga con su gracia.