Alabad a Jehová, porque él es bueno, Porque para siempre es su misericordia. Alabad al Dios de los dioses, Porque para siempre es su misericordia. Alabad al Señor de los señores, Porque para siempre es su misericordia. Salmos 136:1-3 RVR1960
Queridos amigos, en mi época de incrédulo no llegaba a entender el significado profundo de lo que implica alabar a Dios.
Me sentaba en la misa católica escuchando con aburrimiento las palabras del cántico «alabaré, alabaré, alabaré», las cuales no significaban nada para mí.
Solo cuando se llega a conocer la dimensión de Dios desde una perspectiva espiritual es posible comprender el significado profundo de alabar al ser más maravilloso.
El alabar no es un simple elogiar por los buenos atributos de Dios, va más allá porque el salmista reconoce en alabanza una gran gratitud para con el Creador por todas las grandes cosas que Él hizo, resalta sus maravillas y sus cualidades perfectas.
Jehová es bueno y todo lo que hace es para bien, siempre quiere el bien para su creación. La bondad de Jehová se ve expresada, por ejemplo, en la gracia común, todos recibimos sus bendiciones comunes.
La gratitud que el creyente debe demostrar es tan grande como el infinito porque la misericordia de Dios es para siempre. ¡Qué motivo más extraordinario para alabar al Santo Creador!
El salmista usa la expresión Dios de dioses no porque crea que existan otros seres divinos, sino para resaltar el poder pleno y total de Jehová sobre los dioses creados que el hombre natural suele adorar.
La expresión Señor de señores es para reconocer el absoluto señorío de Jehová sobre todos los reinos, principados y potestades del universo. Él es soberano absoluto sobre todos, incluso sobre los poderosos más poderosos.
¿Será posible para el convertido dejar de alabar al Señor sin recalcar hasta el cansancio su eterna misericordia?
El creyente sabe que su condición de nacido de nuevo y de hijo de Dios es gracias solo y únicamente a Su misericordia.
Él no nos da lo que merecemos, gracias a su bendita misericordia y nos da lo que no merecemos, cuando nos bendice con Su gracia.
Alabemos al Bendito, al Bondadoso, al Todopoderoso y misericordioso Dios, Señor de los ejércitos. Alabemos sus misericordias.
Que tengan un bello día y que Dios se apiade de nosotros.