“¿Hasta cuándo, oh simples, amaréis la simpleza, Y los burladores desearán el burlar, Y los insensatos aborrecerán la ciencia?” Proverbios 1:22 RVR1960
Queridos amigos, cuando se tilda a una persona de simple se estaría diciendo que es poco sofisticada, quizás adolece de herramientas intelectuales, porque su falta de profundidad, desde una perspectiva del mundo, es evidente.
Una descripción poco alentadora, pero en muchos casos arrogante de quienes no se consideran simples. El uso de idioma, modales, gustos, vestimentas sofisticados y elegantes no hace a la profundidad de las personas.
Muchas esas personas distinguidas pueden estar catalogadas dentro de las simples, porque el simple, según la Palabra escrita, se caracteriza por su deficiencia de carácter.
La ira, las rabietas, la flojera, la desidia son comunes en este mundo en que vivimos. Nadie dirá que son buenas, pero la mayoría buscará algún motivo para justificarlas. El simple, por su debilidad de carácter, es incapaz de combatir lo injusto haciendo prevalecer lo malo en su vida.
Quien se complace en su maldad por falta de entendimiento, cuya noción de lo malo y lo bueno no pasa de ser simple, es presa fácil de las tentaciones del mundo, de su carne y de Satanás.
Dentro de la misma categoría se encuentran los burladores. Se trata de personas joviales y satisfechas de sí mismas para quienes todo es chiste. Son orgullosos y les encanta reírse de los demás, (sin reírse de sí mismos).
El burlador está tan convencido de lo bueno que es, que no es capaz de tomar consejo de nadie, solo cree en sus propios pensamientos. Por lo tanto, será muy difícil que esté dispuesto a escuchar la Palabra de Dios.
Está seguro de que “No hay Dios” (Salmo 14:1) y se dedica a ridiculizar la Palabra de Dios y a los que están con Él. Muestra su despreció a través de sus burlas y piensa que el pecado es gracioso. Judas 1:18 nos dice: habrá burladores, que andarán según sus malvados deseos.
A los insensatos también se los conoce como necios. Son personas que desprecian la razón y siguen un comportamiento moral contrario a las normas justas de Dios. En el Antiguo Testamento tenemos un buen ejemplo de necedad en la persona de Nabal (1 Samuel 25), a quien se lo describe como duro y de malas obras, y por añadidura, no aceptaba el consejo de nadie.
Proverbios 15:21 nos da una buena descripción del necio, diciendo que la necedad es alegría para el insensato, en tanto que el hombre inteligente camina con rectitud. Los peores necios son los que desprecian el consejo, y tienen una animadversión contra todo lo bueno, que viene de lo alto.
El simple, el burlador y el insensato necesitan de Jesucristo. Caminando con Él, podrán entender el sentido de justicia, juicio, equidad y buen camino. Es necesario que la sabiduría de Dios se anide en sus corazones para que puedan contar con inteligencia, que les otorgue discernimiento, a fin de que la verdad les sea grata a sus almas (Proverbios 2:9-11).
La buena noticia será que los dichos de su boca y sus actos serán discretos y de justicia, la sabiduría llegará a su vida y la inteligencia que viene de Dios se ocupará de preservarlos en este mundo y para la eternidad.
Elevó mis oraciones para que el Señor les bendiga con sabiduría e inteligencia.