Allí habrá una calzada, un camino, Y será llamado Camino de Santidad. El inmundo no viajará por él, Sino que será para el que ande en ese camino. Los necios no vagarán por él.” Isaías 35:8 NBL
Queridos amigos, Jesús dijo yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí (Juan 14:16).
Es curioso pensar que se tendría que caminar encima de Cristo, como camino, para llegar al Padre, pero en realidad es una analogía interesante, porque pisar sobre Cristo implica tocarlo e impregnarse de Él, de su ser, de su esencia, de su amor, de su santidad.
El Camino de Santidad solo se encuentra cuando se empieza a seguir a Dios con un corazón genuinamente arrepentido y con la mirada puesta en Cristo Jesús. El Dios Padre es santo, Él es el Dios Santo, la santidad es un atributo inseparable de Dios, que implica pureza totalmente apartada de toda corrupción, denota absoluta perfección moral.
Antes de ser convertido en santo, el hombre natural debe pasar por un proceso. Debe reconocer su grave problema de estar sometido a la esclavitud del pecado y entender que la cruz de Cristo es la única solución posible para dicho problema. Sin regeneración espiritual para vida nueva será imposible que la cruz de Cristo se haga efectiva en la vida del hombre para perdón de pecados y justificación.
Después de que el hombre natural es convertido a hombre espiritual, éste es redimido y declarado justo, gracias a la justicia realizada por Jesucristo, que limpia de toda corrupción. Llegado a ese punto puede ser declarado santo, lo cual permite dar inicio una relación directa con Dios, y es precisamente ahí donde inicia su caminar en santidad.
El creyente que ha sido declarado justo y santo puede atribuirse dicha justicia y santidad solo y únicamente a la obra sustituta de Jesucristo, pues él no hizo absolutamente nada para conseguir dicho estado, la gloria es y será siempre toda de Dios.
Su naturaleza carnal no cambió, a pesar de haber nacido de nuevo, pues el cambio es de orden espiritual. Bajo su naturaleza carnal su santidad significa esforzarse por vivir alejado del pecado en justicia y en verdad.
Bajo dichas premisas el Camino de Santidad representa para el cristiano verdadero caminar derecho, sin desviarse ni a izquierda ni a derecha, sujetándose a la voluntad de Dios, buscando ser obediente, viviendo bajo su temor; impulsado y motivado por la asombrosa obra de Jesucristo, por las maravillosas promesas venideras del Padre celestial y por la promesa de que todas las cosas ayudan a bien a quienes aman a Dios.
Si todo obra para bien de los redimidos, nada puede lastimarlos mientras caminan con Dios en santidad. Es un buen camino, claro y seguro, que conduce al cielo. No habrá nada que pueda hacerle verdadero daño al creyente santo, aunque los peligros lo pondrán en vilo y algo más.
Cristo no deja nada a medias, Él se dará a conocer con absoluta claridad para ser seguido, pues Él mismo es el camino a Dios. El creyente no tendrá dudas para seguir tan glorioso camino, el cual está claramente delineado por la fe, el amor y la gracia, que confluyen en obediencia, producto de la verdadera libertad en Cristo.
El creyente genuino con el corazón lleno de gozo seguirá adelante, con la paz del Señor y con la seguridad de que al final del camino, pasará por la puerta estrecha para entrar en el gozo eterno y en el tan anhelado reposo de Dios.
Les deseo un día muy bendecido.
“Es mejor decir la verdad que duele y luego sana, que la mentira que consuela y luego mata”. A.R.