Mas la senda de los justos es como la luz de la aurora, Que va en aumento hasta que el día es perfecto. Proverbios 4:18 RVR1960
Queridos amigos, la repulsión de los del mundo por aquellos que no son del mundo es terrible.
En mi país Bolivia el típico ejemplo se da en las fiestas que se llevan a cabo como elemento inseparable de la necesidad del mundo de satisfacer deseos de pasarla bien como parte de la búsqueda de estar alegre y, por tanto, feliz.
Cuando cualquier persona pía o impía indica que no consume bebidas alcohólicas, en ciertos círculos todavía se respeta, pero si no baila ya es motivo de escarnio y como mínimo es tildada de aburrida.
El afán de la gente es compartir su alegría, demostrando su “cariño” a través de una seguidilla de brindis, consiguiendo que los alcoholes se suban a la cabeza, consumiendo y desinhibiéndose cada uno en la medida de su propia moralidad.
Esto se debe a que los caminos del mundo están regidos por una moral acomodaticia, que juzga lo malo solo cuando conviene. Cualquiera sabe que embriagarse es malo, sin embargo muchos lo hacen de manera reiterativa, porque es una forma divertida de escaparse de la dura realidad (de vivir sin Dios).
Como anécdota, viví hace poco la situación humillante de ser escarnecido por no demostrar poco entusiasmo ante el baile, siendo tocada la parte “sensible” del hombre en cuanto a su capacidad sexual comparada a su disfuncionalidad por su desapego a la danza.
Son pequeños grandes ejemplos de los caminos en tinieblas, lamentablemente vistos como derechos por los ojos del hombre natural, quien cree que lo hace de mil maravillas. Viaja en una autopista de seis carriles perfectamente pavimentada y señalizada hacia la perdición.
Los caminos del mundo parecen atractivos y tientan a que se los siga por lo agradables que se manifiestan, hasta se pueden ver como atajos para conseguir algún objetivo deseado. Nada más lejano de la senda de los justos, porque todos los que los recorren terminan mal.
Una senda es un camino estrecho, del cual se puede salir con facilidad, precisamente por su condición angosta. El caminar en una senda no se hace fácil porque pueden haber raíces o piedras en las cuales tropezar o ramas que se interpongan, equivalente a las tentaciones del mundo y de la carne.
El justo es alguien que sigue el derecho, la justicia y la verdad de Dios, se trata de una persona que anhela guardar los decretos, estatutos y ordenanzas de Jehová en sumisa obediencia poniéndolos por obra. La Palabra dice que quien hace tales cosas vivirá.
La senda, es decir el camino estrecho, del justo es Jesucristo y Él es la luz, por tanto se trata de un camino iluminado por la luz de Cristo. La obra redentora del Señor Jesucristo sobre los que en Él creen da lugar a que éstos sean justificados, es decir sean declarados justos por Dios por haber muerto Cristo Jesús en la cruz en muerte sustituta por ellos.
Por tanto, los justos o santos podrán caminar iluminados por la luz de Jesucristo durante su vida en el mundo, esto es el camino en santidad. c no es perfecto, pero se va iluminando de más luz en la medida en que va creciendo en espíritu, hasta que llegue a la presencia del Dios Padre, entonces se iluminará como el sol en toda su plenitud y el día será perfecto.
El camino del impío es un camino oscuro y peligroso, lo más doloroso es que nada puede hacer en su propia fuerza para evitarlo del todo. La única manera de salir de tal camino es a través del Señor Jesucristo, el hombre natural por más que se esfuerce jamás podrá cumplir la ley de manera que pueda ser declarado justo, solo y únicamente podrá ser declarado justo por la justicia en Cristo Jesús, reconociéndolo como Señor y salvador.
Dios juzgará a cada uno a causa de sus caminos, para ir por el camino de luz y verdad es preciso arrepentirse y convertirse, apartándose de sus transgresiones, quien así lo haga, vivirá.
Les deseo un día muy bendecido.