Clemente y misericordioso es Jehová, Lento para la ira, y grande en misericordia. Bueno es Jehová para con todos, Y sus misericordias sobre todas sus obras. Salmos 145:8-9 RVR1960
Queridos amigos, la bondad para el hombre natural como concepto se acentúa en la medida en que una persona es vista como buena por sus actos de caridad, desprendimiento, solidaridad, amabilidad o simpatía entre otros.
El que una persona pueda ser llamada buena en el mundo está relacionado al grado de percepción que ésta genera sobre el resto en cuanto a su accionar en pro del bien de otros.
Por lo tanto, alguien muy caritativo se describe como muy bueno, sin tomar en cuenta otros aspectos de su vida relacionados a su identidad y a su ser, tales como por ejemplo comportamiento en privado y pensamiento, elementos sustanciales para determinar la verdadera bondad relacionada con perspectivas espirituales directamente vinculadas con Dios.
Según la Biblia no hay ni uno bueno, eso probablemente genere rechazo por parte del hombre natural, quien no tiene claro el verdadero sentido de la bondad, que es realizar las obras de bondad sin nada de gloria para uno mismo, sabiendo que toda la gloria es de y para el Señor. Quiere decir que no existe uno solo que no se jacte de haber sido el artífice de algo bueno y no se sienta complacido cuando recibe el reconocimiento por ello.
Jesucristo dijo que el único bueno es Dios. Todos podemos reconocer que somos pecadores en términos generales, sin embargo cuando se trata de aceptar de manera individual que nada bueno tenemos, solo unos pocos lo aceptan, porque únicamente cuando se cuenta con el discernimiento que otorga el Espíritu Santo es posible reconocer nuestra imposibilidad de ser buenos en los términos de Dios.
Al tener Dios la condición de ser el único libre de todo pecado, resulta como el único verdaderamente bueno, es decir libre de toda maldad. Sus pensamientos, sus palabras y sus acciones son todos perfectos y están enmarcados en su santidad infinita.
Entiéndase entonces como bueno alguien que no tiene maldad en el corazón, la mente y el alma, ese solo puede ser Dios porque nunca peca y es la esencia por sí misma del bien y de la bondad.
Todos nos caracterizamos por tener al menos alguna carga negativa en contra de otros en nuestros corazón y alma, así como con ser poseedores de pensamientos poco buenos, sino no lo son muy malos, respecto a nuestro prójimo o a nuestros deseos más desmedidos.
Existe la maravillosa promesa de Dios que los humanos que son bendecidos con la gracia divina serán perfeccionados para ser buenos y justos, es decir que deben contar con la característica de pureza absoluta para poder gozar de la presencia del Señor, caso contrario su falta de bondad y justicia, dígase pureza, imposibilitaría un acercamiento al Creador.
Sin la misericordia de Dios sobre nosotros criaturas caídas sería imposible pensar en la posibilidad de que un humano pueda ir creciendo espiritualmente para finalmente ser perfeccionado, es decir ser convertido en bueno por el poder de Dios.
El salmista alaba al Señor diciendo que no sólo es clemente y misericordioso, sino también bueno con todos. En este caso se trata de una misericordia general que permite que todos podamos seguir viviendo en este mundo sin que Él nos destruya por nuestro pecado, porque dice que es lento para la ira. Lo mismo se refiere en relación a su bondad, porque Él nos bendice con su gracia común a fin de que todos disfrutemos de sus bendiciones como ser las cosechas, la lluvia, el sol, etc.
Es necesario, más bien imprescindible, creer en Jesucristo como Señor y Salvador para ser bendecido con la bondad salvadora de Dios, llamada gracia, y poder llegar a ser salvo de la muerte eterna que todo pecador merece, incluso cuando es reconocido como bueno por el hombre natural, porque la salvación no es por buenas obras sino solo y únicamente por gracia.
Que Dios les perfeccione para vida eterna es mi mayor deseo. Tengan un lindo día.