Por eso pues, ahora, dice Jehová, convertíos a mí con todo vuestro corazón, con ayuno y lloro y lamento. Rasgad vuestro corazón, y no vuestros vestidos, y convertíos a Jehová vuestro Dios; porque misericordioso es y clemente, tardo para la ira y grande en misericordia, y que se duele del castigo. Joel 2:12-13 RVR1960
Queridos amigos, para poder convertirnos a Jehová, es necesario creer en Cristo Jesús.
No importa cuánto lloremos, ayunemos y lamentemos, tampoco importa si rasgamos nuestras vestiduras, sin Jesús es imposible llegar al Padre.
El Espíritu Santo y la Santa Palabra de Dios nos llevan a ver el mal que mora en nosotros, a descubrir que no habíamos sido tan buenos, con lo cual rasgamos nuestros corazones.
Solo y únicamente la misericordia de Dios es la que permite que no seamos llevados a juicio, y a través de la gracia podemos ser perdonados de nuestra maldad.
Dios se duele del castigo, pero eso no determina que deje de castigar. Además de misericordioso y clemente, Dios tiene el atributo de ser justo, y en justicia debe castigar a los perdidos.
Además, Dios es soberano, por eso la Biblia también nos enseña, que Él tendrá misericordia de quién Él quiera tener misericordia.
Debemos alabar y agradecer por tener un Dios tardo para la ira y muy clemente, pero principalmente clamar pidiéndole que nos bendiga para salvación.
Clamó a Dios para que nos bendiga con misericordia y gracia.