Hijo de hombre, profetiza contra los pastores de Israel; profetiza, y di a los pastores: Así ha dicho Jehová el Señor: ¡Ay de los pastores de Israel, que se apacientan a sí mismos! ¿No apacientan los pastores a los rebaños? Ezequiel 34:2 RVR1960
Queridos amigos, a la vista de las cosas la tradición de los hombres tiene más fuerza que la Palabra de Dios.
En la Biblia leemos que los términos pastores, ancianos y obispos, si bien cada uno de ellos tiene una connotación especifica, son sinónimos (1 Pedro 5:1-4, Hechos 20:17-28, Tito 1:5-7), sin embargo, la tradición de estos días nos da a entender otra cosa.
La tradición pone al Pastor (con mayúscula y en singular) como cabeza absoluta de la congregación, puede tener un co-pastor y ancianos que le acompañan, pero no deja de ser la autoridad con la última palabra.
El grave problema es que el Espíritu Santo no ha establecido la unicidad del pastor como líder único de la Iglesia local, la pluralidad de pastores (obispos y ancianos) es el patrón establecido por Dios a través de los apóstoles.
El único PASTOR en singular es nuestro Señor Jesucristo. En Hechos 14:23, 15:4, 20:17, 20:28, Filipenses 1:1, Tito 1:5 podemos ver cómo se constituían ancianos y obispos (plural) en cada iglesia.
Los evangelistas del primer siglo eran enviados a los diferentes lugares y tenían como mandato el escoger creyentes que cumplieran con condiciones específicas para nombrarlos ancianos (obispos o pastores) de la iglesia.
¿Habrá algún justificativo para no organizar la iglesia local de la misma manera en el tiempo presente? Quienes no siguen el mandato bíblico obviamente lo desestiman para seguir con la tradición.
Si estamos viviendo una situación así, existen dos opciones, la primera es salir de dicha congregación y la segunda es hablar con el pastor y realizar un llamado a la restauración. Si es un “profesional de la fe” lo más probable es que todo caiga en saco roto, si es un hijo de Dios que busca vivir en obediencia habrá cambios radicales; tal paso revolucionario le será posible solo a quien ama seguir las escrituras.
Hebreos 13:17 nos exhorta a obedecer y a sujetarnos a nuestros pastores (plural), si somos obedientes a la Palabra debemos aceptar este hecho, pero la sujeción a un solo pastor es anti bíblica.
El problema son estos pastores “solitarios e independientes” que se apacientan a sí mismos, son aquellos que generalmente son únicos líderes indiscutibles de su congregación. Son personas con carisma, enérgicos y dinámicos, muy confiados en sí mismos, emprendedores y que atraen a personas de carácter menos fuerte.
Son “dueños y señores” de la congregación que logran formar, hacen y deshacen a su capricho, violando las directrices del Espíritu Santo en 1 Pedro 5:1-3, que mandan a los ancianos a no enseñorearse de nadie, y que sean ejemplo de la grey.
Son admirados por sus gloriosas prédicas y sus feligreses suelen ser personas pasivas que calientan el banco domingo a domingo, sin darse cuenta que su marcha espiritual está puesta en neutro. Otro serio problema es que varios de ellos se han convertido en comediantes.
No se preocupan por si las personas que asisten a sus “brillantes” prédicas se convierten o no, porque no predican el Evangelio que humilla al pecador y exalta a Jesucristo, sino un mensaje emocional salpicado de Biblia, pensado más que nada para la motivación, que fascina y sin duda capta la atención de la mayoría, causando una ola de aplausos dirigida a quien no se debe exaltar.
Seamos críticos bajo la luz de las Escrituras y no permitamos que tradiciones de hombres dominen y contaminen nuestra vida en Iglesia, pues podemos ser Iglesia sin necesidad de tales líderes, siguiendo al buen Pastor, nuestro Señor Jesucristo.
Les deseo un día muy bendecido.