Balanzas justas, efa justo, y bato justo tendréis. Ezequiel 45:10 RVR1960
Queridos amigos, es parte de la cultura en nuestros países buscar sacarle la “ventajita” a lo que se pueda.
Muchos aducen que se debe a la pobreza, otros indican que es parte de la viveza criolla y la Biblia demuestra que se debe a la naturaleza caída del hombre natural.
Para muchos, el robar en el peso, solo es un engaño de bagatela, especialmente cuando se realiza, por ejemplo, en un mercado donde se vende al menudeo. No obstante que se trata de algo malo que es muy común, no conozco que la ley del hombre penalice efectivamente este tipo de hecho.
Oseas 12:7 es muy contundente al expresar que el mercader que tiene en su mano peso falso, también es amador de opresión, es decir que le gusta oprimir. Esto implica que no solo es el hecho de sacar una ventaja de manera fraudulenta, sino que el corazón de quien hace éstas cosas, también está dispuesto a muchas otras en la medida que le sea posible, especialmente si no pone en riesgo su estabilidad.
Este tipo de gente se jacta de ser muy avispada, son aquellas personas que sin ayuda de nadie hacen fortuna, y se sienten satisfechas porque nadie les ha descubierto sus trampas, por lo tanto a la vista del mundo tienen un historial impecable.
Por supuesto que esto no solo se reduce al engaño en las medidas, sino en todos los aspectos que nos podemos imaginar. Un hijo evitando dar el cambio exacto a su madre, el taxista elevando la tarifa, cobrándole en demasía al extranjero, reduciendo la calidad, acortando la medida del metro, etcétera y etcétera.
Estoy seguro que todos conocemos la respuesta a la pregunta que el Señor hace en Miqueas 6:11 “¿Daré por inocente al que tiene balanza falsa y bolsa de pesas engañosas?”. Está claro que la respuesta es un contundente “NO”, porque todo lo malo que hacemos, y lo hacemos con plena consciencia, debe ser castigado.
¿Alguno de nosotros podrá tirar la primera piedra? La respuesta a esta pregunta también la conocemos ¿verdad? El resultado es que todos somos culpables y por tanto, merecedores de castigo.
El profeta Miqueas describe de manera explícita lo que Dios puede hacer con quienes van en contra de su ley: “Por eso yo también te hice enflaquecer hiriéndote, asolándote por tus pecados. Comerás, y no te saciarás, y tu abatimiento estará en medio de ti; recogerás, mas no salvarás, y lo que salvares, lo entregaré yo a la espada. Sembrarás, mas no segarás; pisarás aceitunas, mas no te ungirás con el aceite; y mosto, mas no beberás el vino.” Miqueas 6:13-15
Ante circunstancias tan graves tenemos una oportunidad de salvación en Cristo Jesús, Él se hizo hombre para morir en muerte sustituta en la cruz y de esa manera cargar con los pecados de quienes en Él creen. El perdón de pecados se consigue solo a través de tan maravillosa obra. Clamemos al Dios Padre por misericordia y gracia.
Les deseo un día muy bendecido.
