Las cosas secretas pertenecen a Jehová nuestro Dios; más las reveladas son para nosotros y para nuestros hijos para siempre, para que cumplamos todas las palabras de esta ley. Deuteronomio 29:29 RVR1960
Queridos amigos, me considero privilegiado porque Dios me ha puesto en un lugar que muestra muchas maravillas de su creación.
Cada mañana en el camino a mi trabajo me deleito mirando las montañas que rodean la ciudad de La Paz, son de diferentes colores y texturas, no me canso de admirar tanta belleza, la cual pone en mi corazón la dimensión de Dios, quedándome solo agradecer y adorar a nuestro Señor Todopoderoso.
Estoy seguro que existen miles de lugares igualmente, o incluso más, hermosos en este planeta tierra creado a sola voz de Jesucristo. Es una revelación del poder de Dios, de su perfección y de la armonía y belleza que Él tiene en su mente. Solo un Dios maravilloso es capaz de hacer tanta maravilla. Pensando en esto, con una sonrisa en los labios, traigo a mi mente a los evolucionistas para mirarlos con misericordia y querer decirles lo que se pierden.
Cuánta verdad en las palabras escritas por Moisés, las cosas reveladas son para nosotros, para que podamos entender, un poco, la dimensión de Dios y para nuestro deleite. Cuánta gracia a la vista, por eso se llama gracia común, es para que la humanidad entera la pueda ver y disfrutar.
Por otro lado, hay muchas cosas que no entendemos, hay aspectos dentro de la creación que el hombre no puede comprender con su intelecto. No obstante, estas limitaciones, lo que Dios ha revelado es suficiente para que vivamos en esta tierra, en este mundo.
En la época de Deuteronomio Dios todavía guardaba ciertas revelaciones, que hoy ya las conocemos. Con seguridad todavía guarda muchos otros secretos. Podemos ver nuestras limitaciones como hombres a pesar de tanto descubrimiento que se viene dando. Tengamos por seguro que todo descubrimiento del hombre tiene un propósito para Dios.
Lo que el hombre no puede descubrir debe ser revelado por Dios, en la medida que esto se ajuste a su divino plan.
Dios se revela por la naturaleza desde la creación (Salmos 19:1-6), en los tiempos de Moisés se reveló a través de la ley, en los tiempos de Jesús se reveló a través del Evangelio (Efesios 3:3-5) y finalmente Dios se ha revelado en toda perfección en el Señor Jesucristo (Juan 1:18, Hebreos 1:1-3).
El versículo termina con una seria exhortación, válida para los israelitas de esos tiempos y para los creyentes de estos días: «…todo lo dicho es para que cumplamos todas las palabras de esta ley». Queda claro que Dios quiere que vivamos de acuerdo a sus planes. Vivir según los planes de Dios es vivir en obediencia a sus mandamientos, mandatos y preceptos. Solo se puede vivir así en la medida en que se haya sido bendecido con Su infinita gracia, caso contrario es imposible.
Sigamos todo lo que conocemos de Dios, no nos detengamos y tampoco nos desviemos por estar distraídos con lo que no sabemos. Que doctrinas que no podemos demostrar no sean motivo de desunión entre hermanos de la Iglesia de Cristo, amémonos los unos a los otros y busquemos vivir en común unión cristiana. Debo aclarar que de ninguna manera me refiero al ecumenismo, la Iglesia somos los escogidos hijos de Dios con Jesucristo a la cabeza.
Que Dios les bendiga grandemente en este bello día, abramos los ojos y disfrutemos de la revelación de Dios.